domingo, 22 de enero de 2012

Miedo a crecer.

El otro día tuve una entrevista con su tutora, estamos en un año complicado, difícil, acaba primaria y empieza en unos meses secundaria. Lo cierto es que fue una charla muy distentida, agradable, ya que  es muy cercana, y hace que me sienta muy bien con ella. Hablamos del pasado, del presente y por supuesto, de lo que puede ocurrirle en el futuro. Ella sabe muy bien que es especial.
El pasado mejor olvidarlo, un poquito, ya que todos hemos aprendido de él y vale la pena nombrarlo para no cometer los mismos errores. Cuando tenía dos años menos mi hijo sufrió un cambio importante en su actitud, le empezó a afectar lo que le decían y sufrió en sus carnes demasiados insultos y burlas para poder afrontarlo solo. En el colegio se sintió desamparado, ya que la que era entonces su tutora no le dió demasiada importancia, y él no sabía a donde acudir. Cuando todo se fue un poco de madre, tuve que tomar partido, varias veces, hasta que porfin acabó el curso, y aprendimos que todo el mundo no tiene porqué entenderlo, ni aceptarlo, que no podemos obligar a nadie a comprendernos. Él por desgracia lo recuerda bastante, aunque no siente rencor hacia nadie, ni hacia sus propios compañeros, eso sí, tiene puesta una gran coraza para que nadie  entre en su mundo.
Respecto al presente está muy tranquilo, contenido, pero relajado, y eso lo percibe cualquiera que esté a su lado, me encanta verlo tan contento!!!
El futuro... yo no tengo ni idea que pasará, ni conozco a nadie que lo sepa. Sólo se que él tiene miedo, miedo a crecer, a tener responsabilidades sobre todo, miedo al nuevo instituto, a la aceptación de los compañeros, bueno, como creo que todos hemos tenido. Sólo tiene una cosa clara, que nadie va a descubrir sus verdaderas aficiones, que quiere empezar de nuevo, y a mí me da tanta lástima escucharlo decir eso... es tan pequeño para decir que quiere empezar de nuevo... Y yo en el fondo se que hay cosas que no se pueden esconder.

domingo, 8 de enero de 2012

MIRA QUÉ BONITA ES MAMÁ

-Mira mamá, es la muñeca que había pedido, qué bonita es, ¿te gusta mamá?, ¿has visto que pelo tiene?, que contento estoy, es tan guapa, ¿a que sí mamá?- me decía mi hijo el día de reyes.               
Que día tan especial, tan lleno de magia, todos nos sentimos niños ese día, no os parece? y como no, mi hijo siéndolo todavía pues se sentía muy dichoso. Los primeros regalos que fue abriendo eran los inducidos por nosotros, prácticos y necesarios, y aunque él es un niño muy agradecido, sabíamos que el regalo estrella llegaría en casa de su tía, una muñeca que él había pedido y que ella se había ofrecido a regalarle. Desde que la sacó de la caja blindada donde venía, estuvo 20 minutos para liberarla, no se separó de ella... La miraba, la tocaba, le daba la vuelta, la volvía a mirar embelesado, y ya no existió nada más importante para él. Estaba tan feliz, su tía lo hizo tan feliz, que vuelvo a decir lo mismo de siempre, juega con muñecas, ¿y qué?.
Como veréis he hecho referencia a su tía, porque creo que es muy importante que conste quien se la ha regalado, ya que en la familia todo el mundo no cree que deba seguir jugando con muñecas. Ella es su tia paterna y junto a su madre son un vivo ejemplo de normalidad, de no tener que hablar del tema, así que para nosotros imaginaos... son un gran apoyo, y como no, mi hijo lo siente así, como que no tiene que esconderse de nada, ni de sus aficiones ni de sus sueños.
Por éste motivo quería darles las gracias desde aquí por su enorme comprensión y su amor incondicional, y pedir que mucha gente tomara ejemplo de su tolerancia.

lunes, 2 de enero de 2012

La verdad que se esconde

La verdad que se esconde detrás de unos ojos tan bonitos, ojalá yo la supiera, ojalá me dijeran lo que sienten... cuando le pregunto directamente si le gusta alguna chica, o cuando le hablo de la homosexualidad, de echo creo que él no lo sabe, o sí pero no sabe que lo sabe, ¿me explico? que rimbombante me he vuelto!!!

Y yo me pregunto una y otra vez, ¿se dará cuenta de lo que pasa a su alrededor? lo cierto es que ésta pregunta la voy a contestar yo: SI.
Siente que no le gustan las mismas cosas que a los chicos de su edad, se siente más sensible que sus compañeros, tiene más complicidad con las chicas que con los chicos, y como no, hay momentos en los que le sale su parte más femenina, esa que dicen que tienen todos los hombres, y entonces es como una de ellas, bailando, haciendo gestos...
Ahora viene lo que siento yo, que de eso se trata el blog, de mis sentimientos, no? Pues sería absurdo decir que me da igual, no, no me da igual, y no me importa decirlo, sabéis porqué? porque se que la gente se burla de él, que ya tiene la etiqueta de "mariquita" y eso no sería importante si a él no le doliera, de echo, no sería importante si él ya supiera que lo es, pero la realidad es que le duele y que él no sabe si lo es, y a mí me desgarra el corazón ver que no puede ser él mismo, que no puede decir abiertamente cuáles son sus aficiones, y lloro mucho en silencio, cuando él no me ve, porque su dolor es más mio que de nadie, porque se me multiplica por cien, y Dios mio, no puedo ayudarlo, o al menos no todo lo que debiera.
 Debiera porque siempre he intentado educar a mis hijos como personas autónomas y auto suficientes, vamos, diciéndoles la realidad, que tienen que aprender a solucionar los problemas que les traiga la vida, sobre todo dentro del colegio, ya que yo no estoy ni quiero interceder en la labor de los profesores, siempre asesorados por nosotros.
Claro, me ha costado reconocer que tenía que buscar una actitud realista y a la vez que no le hiciera daño a él, sin dejarle perder su interior ya que es sólo un niño, y así fue como le expliqué que era diferente porque no hacía las cosas que los demás esperaban de un chaval, y que tenía que hacer un  gran esfuerzo para evitar hacerlo fuera de casa, es muy duro, pero por ahora nos va funcionando.