sábado, 26 de mayo de 2012

¿LO CONSEGUIRÉ?

Después de varios días, bastantes, me decido a volver a escribir...
Las cosas no han cambiado demasiado, la verdad, todo sigue su curso. Él va creciendo feliz, con sus problemas típicos de la edad , pero contento. Yo en cambio cada día que pasa tengo la sensación de que se me escapa algo, que hay algo que no sé que es y por la misma razón no encuentro la manera  de ayudarlo, si es que lo necesita...
Cada día tiene más pluma, cualquiera lo puede apreciar, y yo cada día me siento más indecisa. Nunca le digo nada, ni que deje de hacerlo ni que me molesta, porque lo cierto es que no me molesta, pero tampoco me siento cómoda, tengo que reconocerlo... La gente lo mira con pena o con burla, depende, y yo me siento fatal. No puedo decirle que se contenga, no sería justo, tiene que expresarse, lo sé. Pero por otro lado me encantaría que pasara más desapercibido. Quizás mi actitud es muy egoísta, supongo que en el fondo no quiero sufrir más, y no porque me avergüence de él, Dios me libre, espero que no lo penséis ni por un momento, por favor.
Tengo que hacer grandes esfuerzos, lo reconozco, para llevarlo con normalidad, creo que es una actitud que se aprende, yo la estoy aprendiendo, porque me la estoy encontrando cada día, y claro está, no puedo ni quiero estar dando explicaciones a todo el mundo.
Me pregunto qué hubiera sido de mí si mi hijo no tuviera este "problema", aunque nunca he sido homófoga si un poco intolerante, y siento mucho si en algún momento alguien se ha podido sentir mal a mi lado, de verdad. En mi vida hay un antes y un después, creo que poco a poco he ido cambiando la mentalidad, ahora lo digo y me lo creo, hace unos años no estaba tan segura. Espero llegar a algún día a ser tolerante para alcanzar la normalidad.
De nuevo gracias a los que me hacen ver las cosas desde otra perspectiva.

miércoles, 2 de mayo de 2012

OJALÁ


Cada vez que me explican el caso de algún adolescente que no puede salir del armario, me indigno. Siento una enorme empatía hacia él, y no hacia sus padres. Quizás sea porque ha llegado un momento en que los sentimientos de mi hijo los siento como mios, en mi propia piel. Por la misma razón no entiendo como unos padres pueden ignorar que su hijo está sufriendo, muchísimo, más de lo que ellos puedan imaginar jamás. Primero, supongo, al sentirse diferente, y cuando por fin tiene claro que le gustan los chicos, resulta que no sabe como plantear el tema en casa. Se siente solo, incomprendido, no querido, triste, no ve la forma de explicarle a su familia que no es como ellos esperaban. No quiere sentirse rechazado, de momento. No se siente suficientemente fuerte como para plantarles cara, es normal, no es por falta de coraje, es porque los pilares de su vida no le están escuchando, le ven pero no le miran, y él siente que se le derrumba la vida, que lleva años escuchando junto a su familia que no es una enfermedad, que son personas "normales". Le apena que mientras él escuchaba atentamente las explicaciones de la prensa sobre la normalidad, legalización, etc... sus padres sólo escuchaban algún arzobispo retrógrado o algún psiquiatra que se cree el salvador.
Estoy segura de que llegará un momento en que se sentirá fuerte, que se comerá el mundo y por supuesto que dejará al descubierto sus sentimientos.
No me gustaría estar en la piel de sus padres, sentir que tu hijo te pueda echar en cara sus miedos, todo su sufrimiento es algo que me pone la piel de gallina. Decepcionar a un hijo debe de ser muy duro. Bueno, parece que al final me he puesto un poco en la piel de ellos...
Ojalá mi hijo nunca tenga que escribir nada parecido, ni una tecla por cada miedo.