lunes, 6 de agosto de 2012

ESPERO ESTAR A LA ALTURA.

Desde que fui madre por primera vez, cambié mi perspectiva de la vida, empecé a ver más allá, pero nunca imaginé que me iba a resultar tan difícil proteger a mis hijos. Es inevitable que crezcan, lo sé, y se alejan poco a poco de mí. Piensan por ellos mismos y aunque les quiera aconsejar sacan sus propias conclusiones e intentan experimentar, todos lo hemos hecho aunque no tengamos consciencia de ello.
No sé como transmitirle a mi hijo tranquilidad y seguridad respecto al cambio que se le avecina el próximo curso, empieza el instituto. Está hipersensible, llora por cualquier motivo, hecha de menos a sus compañeros de primaria y hasta su antiguo centro... Lo que más le atormenta es que sus nuevos compañeros  se enteren de que le gustan las muñecas, y aunque yo le diga que no tiene porque pasar, él sabe que irán compañeros de su antiguo colegio y me dice que en un momento dado pueden llamar la atención de cualquiera diciéndolo... Así empezó todo en el colegio, alguien que lo sabía lo utilizó para hacerle daño. 
Como la psicóloga del colegio es la misma del instituto, recibió toda la información por parte de la antigua tutora de mi hijo cuando lo vio por un problema de aprendizaje. Le llamó mucho la atención su "otro" problema y hablamos bastante del tema. Sobre todo me recomendó que no dejara pasar y ni un solo insulto, que se lo hiciera saber enseguida a los profesores ya que se puede complicar y él puede sufrir más de lo que le toca debido a su sensibilidad. Calificó su problema como "problemas a la hora de relacionarse con los compañeros por ser un posible niño diana", lo cual me asustó un poco, ya que nunca lo había enfocado así, pero ella me tranquilizó diciéndome que teníamos que llamar las cosas por su nombre y que yo tenía que intentar que él se sintiera seguro en su nuevo entorno, ella también nos iba a ayudar.  Lo cierto es que me relajó mucho hablar con ella ya que me brindó su ayuda para hablar cuando lo necesite o para transmitir información al instituto. 
Espero estar a la altura, de lo que se espera de mí,  poder ayudarle a levantarse cuando se caiga  y que no se lleve una decepción de su madre, no lo podría soportar.